miércoles, 5 de octubre de 2011

Rio Bogotá, Contaminado y enfermo

El río Bogotá nace en el páramo de Guacheneque en las proximidades del municipio de Villapinzón al norte de Cundinamarca a una altura de 2.700 msnm, recorre la provincia de Almeidas y la Sabana de Bogotá de norte a sur bañando con sus aguas los municipios de Villapinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé, Gachancipá, Tocancipá, Cajicá, Chía, Cota, Funza, Mosquera y Soacha. En la cuenca alta el río tiene un caudal medio de 10 m³/s.



Los curtidores de cuero envenenan al Río así:


Bicloruro de mercurio, el sulfato de sodio, el ácido bórico, los boratos, hipoclorito de sodio y Alumbre.





























Importancia del problema


Los ríos, lagos y mares recogen, desde tiempos inmemoriales, las basuras producidas por la actividad humana. 
El ciclo natural del agua tiene una gran capacidad de purificación. Pero esta misma facilidad de regeneración del agua, y su aparente abundancia, hace que sea el vertedero habitual en el que arrojamos los residuos producidos por nuestras actividades. Pesticidas, desechos químicos, metales pesados, residuos radiactivos, etc., se encuentran, en cantidades mayores o menores, al analizar las aguas de los más remotos lugares del mundo. Muchas aguas están contaminadas hasta el punto de hacerlas peligrosas para la salud humana, y dañinas para la vida.
La degradación de las aguas viene de antiguo y en algunos lugares, como la desembocadura del Nilo, hay niveles altos de contaminación desde hace siglos; pero ha sido en este siglo cuando se ha extendido este problema a ríos y mares de todo el mundo.
Primero fueron los ríos, las zonas portuarias de las grandes ciudades y las zonas industriales las que se convirtieron en sucias cloacas, cargadas de productos químicos, espumas y toda clase de contaminantes. Con la industrialización y el desarrollo económico este problema se ha ido trasladando a los países en vías de desarrollo, a la vez que en los países desarrollados se producían importante mejoras.


Problema Sanitario y enfermedades que producen las aguas del río Bogotá:


El río Bogotá figura entre los diez más contaminados del mundo. Es un hecho que las zonas de cultivo en la Sabana de Bogotá han mejorado y que se emplean químicos contra las plagas, como lo es que en no todos los casos se cumplen las normas ambientales más elementales para combatir el riego de productos agropecuarios con aguas contaminadas del río. Está comprobado que las hortalizas que se venden en la ciudad carecen de un eficaz control sanitario para proteger la salud de los bogotanos. Como se sabe, informes científicos confiables muestran que las aguas degradadas del río Bogotá son mortales para la salud, allí se encuentran metales y productos como el arsénico, que se sigue utilizando clandestinamente por algunas curtiembres, como toda suerte de detritus que por toneladas y diariamente se vierten de manera irresponsable sobre las aguas del río. Documentos irrefutables comprueban y denuncian el lento envenenamiento que mina la salud de los bogotanos que consumen en su dieta diaria legumbres de las que apenas excepcionalmente conocen su procedencia, ni la calidad de aguas con las que han sido regadas. Uno de los elementos químicos más perniciosos para el ser humano que se concentra y transmite en las plantas es el Cd. Por su elevado grado tóxico altera la condición metabólica de las plantas y las convierte en peligroso transmisor de enfermedades, que se venden al público en el comercio local, siendo en ocasiones más peligrosas que el tabaco para la salud. Como lo denuncia la FAO, el Cd que transmiten las aguas contaminadas por sus altos niveles tóxicos contribuye a fomentar la hipertensión, diversos malestares cardiovasculares, disfunciones renales, trastornos del crecimiento, males pulmonares, rinitis, osteomalacia, y letales afecciones cancerígenas.
Muere más gente en la capital por cuenta de las hortalizas regadas con aguas contaminadas del río Bogotá que por la violencia o el crimen. Sus aguas transportan metales pesados como el plomo, mercurio, cadmio, níquel y detritus perniciosos y letales. En los cultivos de la Sabana se fumiga y utilizan fertilizantes con sustancias tóxicas que unidas a las que transmiten las aguas del río convierten a inofensivas plantas como la lechuga, el pepino, los fríjoles y otras muchas, en veneno mortal. Sostienen los expertos que: “los fertilizantes tipo NPK (nitrógeno-fosfato-potasio) son los que tienen contenidos más elevados en metales”. 



Deseo agradecer los comentarios aportados por los programadores de Visual Foxpro que se sitúan desde México hasta la Patagonia y desde España hasta las Filipinas en forma de Cruz. Mil gracias a todos.